2. Manejo con Maquinaria
El avellano europeo es una de las pocas especies frutales en que el manejo es mecanizado prácticamente en su totalidad. Lo anterior constituye una de las mayores ventajas de esta industria debido a la creciente dificultad de disponer de mano de obra para labores agrícolas. Labores como control de maleza y control de sierpes se realizan con equipos desarrollados que permiten una eficiencia muy elevada y mínima mano de obra. La cosecha es completamente mecanizada, para lo cual existen en el mercado diferentes opciones de acuerdo al tamaño del huerto. A diferencia de otros países productores, en los que la topografía es inclinada y no permite la mecanización, la mayoría de la superficie en Chile es plana o casi plana, donde no existe impedimento para emplear máquinas, logrando una optimización de recursos.
Preparación del Suelo
Una labor fundamental previa a la plantación consiste en el subsolado del perfil. Cuando se establece un huerto frutal, independientemente del uso que tuvo el suelo anteriormente, se debe realizar un trabajo de remover el suelo en profundidad, entre al menos 0,8 y 1,2 metros. Esta labor debe ser realizada en todo el perfil, y no solamente en el sentido de las posteriores hileras de plantación.
En la temporada previa a la plantación se requiere un estudio de riego, que determina los aspectos técnicos, como capacidad de la fuente de agua y equipos necesarios, así como el estudio topográfico para diseñar la disposición (matrices, tuberías, etc.) del sistema de riego.
Plantación
La plantación se puede realizar con plantas de un año o dos años. Inicialmente, cuando se comenzó a plantar avellano europeo en el país (fines de los 90 y comienzos del 2000), se utilizaron plantas de un año; sin embargo, principalmente debido a que la mayoría de los productores de avellano no eran fruticultores, sino que provenían de otras actividades (cereales, producción animal, forestal, etc.), no tenían experiencia en el manejo y cuidados de una planta joven, que requería especial atención en riegos, control de malezas, etc., y se producían importantes pérdidas en el primer año. Luego comenzaron a demandarse plantas de dos años, las que, por su mayor vigor, su sistema radicular más expandido y, además, por contar con una poda de formación de vivero, prácticamente no presentaron pérdidas. En la actualidad, la gran mayoría de productores prefiere plantas de dos años porque, además, comienza la etapa productiva antes.
Una permanente inquietud entre los potenciales productores consiste en decidir si emplear plantas formadas en monoeje o multieje. Esta es una eterna discusión que muy probablemente no tenga fecha de término. En Chile, al inicio, se comenzaron las plantaciones mediante el sistema de multieje, derivado del hecho de que la industria del avellano fue desarrollada por la empresa Agrichile (Ferrero), y el sistema tradicional empleado desde siempre en Italia ha sido el multieje. Sin embargo, luego de conocer experiencias de otras zonas productoras, como Oregón (USA), en que se utiliza el sistema de monoeje, y considerando la condición de los predios en Chile, con superficies planas o casi planas, ausencia de daño por nieve (se quiebran ejes y, al haber varios ejes, no se pierde la planta), así como la necesidad de mecanizar lo más posible el manejo, todo lo anterior ha derivado en que, en la actualidad, la mayoría de los huertos se establezca con plantas formadas en monoeje.
El marco de plantación más frecuente es de 5 × 3 m (667 plantas/ha); sin embargo, dependiendo de la variedad empleada (variedades americanas como Yamhill), de menor vigor, se emplean densidades cercanas a 5 × 2,5 metros.
Riego
El método de riego más utilizado en el país es mediante goteo. Es muy reducida la superficie que utiliza la microaspersión. Se utiliza el sistema de riego para realizar la aplicación de fertilizantes al cultivo (fertirrigación).
Cosecha
Hay máquinas cosechadoras de varias marcas y modelos, dependiendo de la superficie del huerto, desde máquinas tiradas por tractor hasta autopropulsadas.
Poda
Durante los primeros 3 a 5 años (poda de formación), la poda se realiza con operadores en forma manual, con tijeras o serruchos. Se dispone de tijeras eléctricas que permiten una muy alta eficiencia, por cuanto no producen cansancio en los operadores. Esta poda es de redireccionamiento de la planta, con el propósito de lograr una estructura productiva que reciba la mayor cantidad de luz posible, como también formar las ramas secundarias bien distribuidas en la canopia (parte aérea).
Posteriormente, a partir del sexto año en adelante, dependiendo del crecimiento de la planta y del sombreado alcanzado, algunos productores optan por apoyar la poda con sierras operadas mediante motores hidráulicos montadas en tractor. Es una alternativa para manejar la canopia en huertos adultos, pero no es una condición obligatoria y su adopción depende de la estrategia de cada predio.
Control Fitosanitario
Para las aplicaciones de productos fitosanitarios se emplean equipos nebulizadores, que permiten una distribución del líquido de manera uniforme en la canopia. Se utiliza para aplicaciones de cobre, control de pulgón y chinche, así como para el control de insectos adultos (burritos, cabritos, etc.).